lunes, 13 de septiembre de 2010

Se nos fue José Miguel Heredia

25 de abril de 2009

Entrada nº 10

Se nos fue José Miguel Heredia


Ayer murió José Miguel Heredia, una leyenda viviente de la historieta nacional, creador de la tira Perro Mundo, publicada en el diario La Nación durante 28 años, desde el 1º de marzo de 1966 hasta el 4 de noviembre de 1995. Colaboró en la revistas Satiricón y Caras y Caretas, y en revistas de la Editorial Mazzone.

También se destacó como humorista, dirigiendo TV en broma, la primera revista humorística de televisión.

A modo de homenaje, varias tiras de Perro Mundo, recopiladas en el libro Enciclopedia canina tomo II, de Anesa/Rizzoli en 1970:




Y varias tiras publicadas en La Nación, extraídas de su blog: http://jmheredia.blogspot.com/search/label/Perro%20Mundo



domingo, 12 de septiembre de 2010

La aventura de coleccionar... (II)

Domingo 8 de marzo de 2009

Entrada nº 9

La aventura de coleccionar... (II)

Hace pocos días pasé por la librería Canterville, en el barrio porteño de Núñez. Como siempre tiene alguna sorpresa esperándome, entré ahí sin dudar.

En la batea de libros por dos pesos encontré una rareza: Uno de los libros de novelas que publicaba Editorial Columba en sus mejores años.




Se trata de una versión condensada de “El día del Chacal”, de Frederyck Forsyth, e incluye ilustraciones del dibujante Gustavo Trigo, que firmó los dibujos con su seudónimo habitual en la editorial: Marcos Adán. Las ilustraciones acompañan los textos a lo largo de todo el libro, siguiendo la secuencia normal de una historieta (o sea, si viéramos solo los dibujos y no leyéramos el texto, podríamos entender sin dificultades la trama básica de la historia).





En su momento, el libro se entregó como suplemento de la revista D’artagnan Anuario nº 6, de enero de 1975. Lo encontré de casualidad, ya que compartía la batea con otros títulos de diversos temas y calidad, que también se vendían a $2 cada uno, o a $10 si te llevás 10 libros.




Para los que quieran visitar la librería, aquí les va la ficha técnica:

Nombre: Canterville Libros.

Dirección: Avenida Congreso 2365, barrio de Núñez, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Teléfono: 4701-2508

Correo electrónico: info@cantervillelibros.com.ar

Libros que vende: Nuevos y usados.

Precios: Variados (de lo más barato a lo más caro).

Atención: Muy buena.

sábado, 11 de septiembre de 2010

La aventura de coleccionar... (I)

28 de febrero de 2009

Entrada nº 8

La aventura de coleccionar... (I)



“No existe, en la Argentina, un archivo que contenga toda la memoria gráfica del país. No hay colecciones ordenadas de revistas en las bibliotecas y las revistas de folletines, humor e historietas no figuran en ninguna de ellas.

Es, entonces, una tarea compleja encarar una historia del humor y la historieta. Hay que recurrir a la memoria de los autores, a los coleccionistas, a los recuerdos de niñez propios y ajenos. También hay que reconstruir totalidades con fragmentos dispersos.

Por eso, y por impaciencia para esperar a reunir más material, es que este es un libro incompleto.

Habla de la historieta y el humor argentinos, define tendencias, puntualiza períodos y trata de acercarse a fechadas y biografías correctas.

Intenta, también, sonsacar datos más íntimos a algunos de los creadores importantes, recogiendo sus palabras en reportajes y monografías.

No se había escrito antes un libro como este, y esperamos de él solo unas pocas cosas. Las más importantes, que sirva como borrador para una tarea más vasta, realizada por un equipo de especialistas, en tiempos que queremos suponer cercanos.

Queda mucha información perdida por ahí que habrá que buscar.

Quedan muchos temas para la reflexión.

Nos gratifica pensar a este libro como un desafío.


Trillo y Saccomanno, agosto de 1980.


Con estas palabras de Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno se escribió el prólogo de Historia de la historieta argentina, el primer libro que abordó (o eso intentó) el mundo del 9no. arte. Si bien el libro ya es antiguo (se editó en 1980), fue un verdadero best-seller para todos los amantes de las historietas, ya que abarcó desde la época colonial hasta la aparición de Ediciones Récord (justamente la editorial que publicó el libro).

En la obra, los autores llevaron a cabo la maratónica tarea de investigar todo el material que tuvieron a su alcance. Este detalle fue muy importante, teniendo en cuenta que en ese momento no había internet y el material original de los artistas era muy difícil de conseguir por diversas razones, entre ellas la apropiación de dichos originales por parte de los editores y coleccionistas de todo el mundo (algunos de ellos siguen sin ser recuperados).

Pero el plato fuerte del libro son, sin lugar a dudas, los testimonios recogidos a varios de los artistas más destacados que publicaron en nuestro país, entre ellos Alberto Breccia, Quino, Oski, que había facellido antes de la publicación del libro, y Héctor G. Oesterheld, que ya llevaba varios años desaparecido por la Dictadura del '76 (un detalle importante es la no mención de su secuestro). El epílogo está firmado por Juan Sasturain.

Y tal como vaticinaron los autores, este libro sirvió como borrador para que otros autores se interesaran en nuestro legado comiquero y llevaran a cabo sus propias investigaiones; pero aún así, Historia de la historieta argentina sigue siendo considerado como una valiosísima fuente de información sobre nuestro pasado historietístico, a pesar de los 29 años transcurridos desde su publicación.

Esto me lleva a pensar: ¿tan difícil es conseguir historietas antiguas? ¿Son imposibles de rastrear, a tal punto de que sean tesoros imposibles de encontrar? La respuesta es: ni una cosa ni la otra. Dichos tesoros pueden ser encontrados, con un poco de paciencia (hay material nuesro en todo el planeta), con un poco de investigación y perspicacia (no todo trabajo de historieta argentino puede ser tal; algunos entusiastas pueden ser engañados por vendedores poco escrupulosos y estafadores de poca monta que les vendan gato por liebre), y cuidando la billetera (los precios pueden variar según infinitos factores: estado de conservación del material, que tan abundante o escaso es en el país o en el mundo, si su/sus creador/es están vivos o muertos; etc). Y estas precauciones no necesariamente deben limitarse a las historietas; cualquier cosa digna de ser coleccionada puede estar atada a estas precauciones.

Un ejemplo lo pude comprobar hace 3 años exactos: De recorrido por las ferias de libros de Parque Centenario y Parque Rivadavia encontré discos de vinilo de Pappo, de distintas etapas de su carrera musical, con precios que estaban entre $15 y $35. Poco después se produjo la muerte de Pappo, y los pocos días, cuando volví a pasar por ambas ferias... los precios de dichos discos iban desde $50 hasta precios más elevados.

¿Y de donde sale nuestra manía por coleccionar?

En mi caso, las historietas formaron una parte muy importante en mi vida, especialmente en mi infancia. Fueron las historietas las que me impulsaron a aprender a leer, y gracias a ellas pasé a querer leer libros. No importan cuáles, no tengo un género de lectura preferido: si el libro en cuestión me sigue interesando luego de las primeras 10 páginas, lo leo y punto, y llegado al caso, lo disfruto y lo recomiendo. Gracias al hábito de leer pude ver películas subtituladas, cosa que no todos pueden hacer, ya que a veces prestar atención a lo que sucede en la pantalla y leer los subtítulos al mismo tiempo puede ser una gran tortura, ya que, seamos modestos, no todo el mundo sabe otros idiomas (ni siquiera yo).

Las historietas me acompañaron en la primaria, allá por los años ‘90, de la mano de Billiken, revista de me compraban religiosamente en casa todas las semanas, y de las Anteojito, que siempre podía pedir prestadas a mis amigos en la escuela. Pero ambas eran revistas escolares, y el espacio reservado en ella para las historietas era limitado, por lo que la verdadera fiesta era comprar las revistas que se podían encontrar en los puestos de revistas. Yo era muy joven y no lo sabía, pero pude atestiguar la decadencia del mercado nacional de historietas, un mercado que agonizaba por la falta de estrategias eficaces para acercarlo a un público que hacía rato que había sido atrapado por la televisión por cable y los videos VHS, mientras que revistas que habían poblado los quioscos durante décadas desaparecían en silencio, para ser reemplazadas por revistas de chimentos y de actualidad política. Aún así, pude leer, gracias a mis abuelos (paternos y maternos) y a mis padres, y a intercambio de revistas con mis amigos, cientos de revistas de Disney (las que editaba Abril en formato de bolsillo), las de Dante Quinterno (que se siguen publicando, y con las mismas historias de hace ya 30 años), las de Editorial Perfil (que tuvo la osadía y grandeza de publicar material de DC Comics durante 5 años), las de Editorial Columba (que ya daban la impresión de estar “pasadas de moda”), las de Ediciones Récord y Ediciones de la Urraca (pero estas a escondidas porque eran consideradas para adultos), y también las de formato apaisado, que sobrevivían en los quioscos a duras penas, como Popeye, Capicúa, Las diabluras de Jaimito (en ese entonces ya reeditaban el material) y, la gran excepción de esta lista, “la Lúpin”. Excepción por el simple hecho de ser la única de todas estas revistas que se publicó hasta casi nuestros días (hoy la sucede su clon, llamada Pinlu), hecha casi a pulmón por sus creadores, y respaldada a muerte por sus fieles lectores. Y de las revistas escolares, hoy en día sobrevive Billiken, que ya prepara para festejar sus 90 años de vida, lo que la convierte (hasta donde se sabe) en la revista infantil más longeva del mundo. Y sobrevive a duras penas, ya que tiene que soportar la competencia de Genios, editada por el Grupo Clarín.

Además, mi afán por leer me llevó a buscar las tiras cómicas de los diarios, por lo que conocí a los grandes artistas de los medios gráficos, como Caloi, Quino, Fontanarrosa, Dobal, Rep, Nik y Daniel Paz, por mencionar a unos cuantos. Y de ahí a leer historieta “en álbum”, como le decía yo a los libros de Astérix el galo, Lucky Luke, Tintín (a quien ya he posteado hace poco en esta blog), Spirou, los Pitufos y otros tantos íconos de la historieta europea.

Ya en la secundaria, mi pasión por el 9no. arte se aletargó un poco, en parte por la casi total desaparición de revistas en los quioscos, fruto de la crisis económica que terminó reventando a finales de 2001. Tuve que esperar unos años para volver a encontrar las revistas y personajes que quería leer, aunque ya no en la calle, sino en las poquísimas tiendas especializadas en la venta de este material (universalmente conocidas como comiquerías), en librerías (en las bateas de material usado), en las ferias de libros de los parques, y en los lugares más insólitos. Incluso empecé a visitar la Feria del Libro, de donde no solo conseguí material difícil de conseguir, sino que a veces pude pedirle su autógrafo a Fontanarrosa (en 2000), a Caloi (en 2002) y a Solano López (en 2008).

Y con estas reflexiones llegué al día de hoy, luego de haber recorrido durante 20 años un camino de lozas amarillas poblados de historietas, cómics, mangas, bandé dessinés, fumettis, comic-strips y otras tantas manifestaciones del dibujo gráfico en todo el mundo. Así pues, ¿qué suelo coleccionar? Pues lo que me llame la atención, o lo que permita conocer más sobre este medio, o que haya perdido de niño y quiera recuperar (tengo una lista, larga como discurso de político, sobre lo que quiero volver a tener en mis manos), o lo que pueda compartir con mis amigos (ya verán posteadas algunas cosas al respecto). Sin ir más lejos, Historia de la historieta argentina no es un libro que haya conservado a través de los años, ni fue una herencia recibida de mi familia: lo encontré de pura casualidad en una librería de Saavedra, hace apenas unos días. Y la Diosa de la Fortuna me sonrió y me dedicó toda su atención ese día, ya que solo me costó ¡$10! ¡10! Si hubiese costado más, sin duda no me lo habría llevado, pero ya que lo vendían a ese precio, decidí apoderarme de él antes de que alguien se me adelantara...

¿Cómo pudo estar tan barato, si es un libro casi imposible de conseguir? La respuesta es muy simple: como pueden observar en la imagen, la tapa está deteriorada, borroneada y con algunas manchas. Este detalle, que no afectó en nada al resto del libro (las páginas no están amarillentas ni carcomidas por la humedad y está bien encuadernado) marcó la diferencia de valer solo 10 pesos, y no 50, 100, o más, como seguramente ocurriría en otro lado. Y no es un detalle menor, ya que yo solo colecciono por el solo hecho de disfrutar de lo que descubro (ya devoré la mayor parte del libro), pero otros coleccionistas coleccionan por el solo hecho de coleccionar y atesorar, incluso con el deseo de que aumente su valor con el correr de los años. Pero yo no soy de esos...

viernes, 10 de septiembre de 2010

Popeye el Marino también cumple 80 (3ª parte)


26 de enero de 2009

Entrada nº 7

Popeye el Marino también cumple 80 (3ª parte)




Popeye después de Segar

Luego de la muerte de Segar, el Thimble Theatre continuó siendo distribuido por el King Features Syndicate. El gran desafío fue encontrar al artista que pudiera continuar con el personaje, y al guionista que supiera narrar las aventuras del marino con el mismo cinismo y espíritu crítico de Segar.

Forrest “Bud” Sagendorf fue el mejor asistente de Segar, y era el candidato más indicado para hacerse cargo de la tira; sin embargo, los directivos del King Features Syndicate no lo pensaron así, y lo dejaron a cargo de la página dominical, donde demostró ser fiel al espíritu de su maestro.
El show debe seguir

Charles H. “Doc” Winner y Joe Musial fueron los dibujantes de la tira hasta 1939, con guiones de Tom Sims. Doc Winner tenía fama como dibujante, ya que había sido dibujante de The Katzenjammer Kids, y Musial tuvo la oportunidad de trabajar en muchas de las tiras más exitosas de los periódicos de Hearst, entre ellas, Barney Google y Blondie.



Bela “Bill” Zaboly reemplazó a Winner y quedó como dibujante oficial entre 1939 y 1958. Su estilo de dibujo es claramente diferente al de Segar, adaptándose al formato de una tira de aventuras, y los guiones de Sims también se alejaron de las observaciones cínicas o satíricas del creador de la tira. Popeye y sus amigos pasaron a vivir grandes aventuras en un ambiente similar al impuesto a los dibujos animados, y la espinaca adquirió un papel más importante.


Tras la muerte de Sims, Ralph Stein escribió los guiones entre 1954 y 1958, continuando con la línea de trabajo de su predecesor.


Bud Sagendorf: la vuelta a la gloria

Luego de veinte años viviendo aventuras menores, el Thimble Theatre quedó finalmente a cargo de quien debió ser el sucesor de Segar: Bud Sagendorf.

Con él a cargo de todo el proceso creativo desde 1958, las aventuras de Popeye volvieron al clima narrativo de sus orígenes, contando largas aventuras donde se priorizaba la “situación de bofetadas humorísticas” por sobre la acción en sí, y mostrando el lado satírico y burlón de situaciones basadas en la vida real.

Sagendorf devolvió al juego varios personajes creados por Segar, entre ellos O.G. Wotasnozzle y el rey Blozo, que hacía muchos años que habían desaparecido de la tira, pero no reintrodujo al antiguo novio de Olive, quizá para no reflotar la idea de que Olive lo dejó por Popeye. Este cambio fue favorable para la creación de nuevas historias, y también se reflejó en los cortos para televisión de los años ’60. La única diferencia entre ambos artistas era el ritmo de narración (era más rápido en las de Segar).

Sagendorf continuó la tira diaria hasta 1986, pero continuó dibujando la página dominical hasta su fallecimiento, el 22 de septiembre de 1994, víctima de un derrame cerebral. Su muerte fue muy sentida por los medios, ya que se lo sigue considerando como el mejor artista a cargo de Popeye, luego de su creador. Además de miles de tiras, Sagendorf escribió el libro Popeye: sus primeros 50 años, donde repasó la vida del marino.


Su publicación en Argentina

En nuestro país Popeye se publicó inicialmente en las revistas de Editorial Columba y Ediciones Récord, principalmente en El Tony y Skorpio. Entre los años ’70 y ’90 la Editorial Seijas editó varias publicaciones en formato apaisado, usando aventuras completas de Ralph Stein y Bill Zaboly, y más tarde de Bud Sagendorf; además incluyó historietas argentinas de distintos artistas locales, como Pedro Seguí, Goyo Mazzeo, Héctor Torino y Tito Sídoli, entre otros. El título de las revistas fue variando: Espagueti, Popeye, La familia Popeye, Nuevas aventuras del marinero Popeye, etc. Incluso el nombre de los personajes fue cambiado, de acuerdo con la traducción hecha por lingüistas mexicanos y argentinos: Popeye fue Espagueti por un tiempo, Olive Oyl fue Rosario Bastón y J. Wellington Wimpy fue Roque Pilón y Perendengue. Además, las tiras de Popeye fueron incluidas en las otras revistas de la editorial, como Capicúa y Afanancio, hasta que con la crisis económica de finales de 2001 la editorial cerró por quiebra.

Popeye y el aborto

En 1986, la tira quedó a cargo de Bobby London, autor conocido por tener una mirada revolucionaria del comic estadounidense, aunque también cuestionado por su humor sin consideraciones morales o éticas: llegó a dibujar un álbum basado en los personajes de Walt Disney, en el que hizo tener sexo a Mickey y Minnie después de haberlos hecho tomar drogas. El trabajo de London modernizó a Popeye, manteniendo intacto el antiguo espíritu de las tiras de Segar y Sagendorf. Todo apuntaba a una nueva época de gloria para el ya veterano personaje, pero London se caracterizó por romper los límites del humor “inocente”, y presentar situaciones más apropiadas para el público adulto. En 1992 London introdujo una historia en la tira que aún genera debates entre los lectores:

En dicha historia, Popeye y Olive devolvían una muñeca llegada por correo, y Olive decía: “Hay que devolver este bebé a su creador”. El eje de esta historia era mostrar la visión del norteamericano promedio acerca del aborto, y más que nada la postura mojigata e hipócrita que suele atribuírsele a los grupos evangelistas y católicos sobre el tema. A raíz del escándalo desatado, el King Features Syndicate despidió a London y tuvo que pedir disculpas a los lectores.
¡Popeye está hablando del faaaaso!

Uno de los secretos a voces más populares sobre Popeye es justamente el uso de la espinaca como mención intencional de la marihuana y su consumo. Siempre se dijo que dichos vegetales eran los responsables de su fuerza sobrehumana, necesaria para combatir al enemigo de turno (casi siempre Bluto), pero esta explicación contradice por completo el origen del personaje, ya que en sus primeras apariciones en el Thimble Theatre se cuenta como una gallina mágica le otorgó la super fuerza. Popeye comía espinaca, pero sólo por gusto:


En aquellos días, la palabra “espinaca” era un apodo de la marihuana. La canción “The Spinach Song” (canción de la espinaca) grabada por Julia Lee & Her Boyfriends en 1938 fue durante años el tema popular en los clubes donde se consumía.
En las tiras cómicas de 1934 se pueden encontrar referencias explícitas de la droga: Popeye enfrentaba a un capataz que alimentaba a unos mineros con yerbas enervantes, además en los cortos de la década del ‘60 Popeye aspiró la espinaca con su pipa y tuvo un perro llamado “Birdseed” (semillas para pájaros). Se cree que es una alusión a la vieja costumbre de usar la marihuana como alimento para pájaros antes de su prohibición.

En un corto de 1954 Popeye cuenta que Hércules fue su antepasado. En una escena éste último es mostrado aspirando ajo y comiendo espinaca, lo cual también fue visto como metáfora a la cocaína y la marihuana. También se dice que se pueden escuchar mensajes subliminales reproduciendo su canción en reversa en los discos de vinilo.
Ya en los años ’80, Bobby London hizo otra referencia explícita a la marihuana: Popeye y Wimpy recogían un cargamento de “pura espinaca boliviana”.
Popeye es nuestro

A lo largo de los años se crearon varios comic-books basados en Popeye, los cuales fueron publicados por distintos sellos editoriales, entre ellos Dell Publishing, King Comics, Gold Key Comics y Charlton Comics. En los comics creados por Dell, Popeye es un asistente de policía, con Bluto y personajes mafiosos como enemigos. En “The Previous Adventures of Popeye the Sailor”, el escritor Jim Ruland imaginó la vida de Popeye antes de conocer a Olive. En 1999, en el 70º aniversario de Popeye, fue publicado The Wedding of Popeye and Olive Oyl, escrito por Peter David y distribuido por Ocean Comics. El comic incluía a varios personajes de las tiras cómicas y cortometrajes, y narraba la boda de Popeye y Olive, tras décadas de romance. A pesar de las buenas ventas, este título no fue bien recibido por los lectores y es considerada una obra apócrifa; por esta razón este matrimonio no ha sido reflejado en otros medios desde su publicación.

El fin del trabajo de London en Popeye significó también el final de las tiras diarias del Thimble Theatre, después de 73 años de publicación continua; mientras tanto, la página dominical continuó a cargo de Hy Eisman, desde 1994 hasta la actualidad.



Pero el futuro del personaje y sus compañeros está en juego, ya que desde 2009 los derechos de autor de Popeye caducaron en Europa. Según la normativa europea de derechos de autor, el personaje pasó al dominio público al cumplirse 70 años del fallecimiento de su autor; pero en Estados Unidos la legislación sobre copyright considera un plazo de 95 años desde la creación del personaje, lo que le permite al King Features Syndicate seguir lucrando con el marino hasta 2024. El resultado es claro: mientras que en América sus derechos seguirán a buen recaudo, en Europa se podrán usar de forma libre los dibujos de Segar para cualquier obra derivada de aquéllos, desde camisetas, juguetes, muñecos o videojuegos a nuevos cómics basados en los personajes. El resultado es una inminente estrategia legal por ambas partes, que de seguro derivará en un conflicto judicial cuya sentencia final aún no es visible.

Una cosa es segura: Popeye y sus amigos aún están activos y generan la fascinación de millones de lectores en todo el mundo, por lo que este 80º aniversario será recordado como el inicio de una nueva etapa en la historia de una de las tiras cómicas más famosas de todos los tiempos. Esperemos que el futuro le depare nuevas aventuras a este marino, y que no se duerma envuelto en una monstruosa pila de papeles burocráticos.

1 comentarios:









Rodrigo Suárez dijo...
Me encantó este post. Quizá porque coincide con mi gusto: para mí Popeye es el de Segar y el de Sagendorf. Ni uno solo más.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Popeye el Marino también cumple 80 (2ª parte)


18 de enero de 2009

Entrada nº 6

Popeye el Marino también cumple 80 (2ª parte)


Antes de continuar con la historia del Thimble Theatre, demos un paseo por la filmografía del personaje.


Salto al cine


Entre 1933 y 1957, Popeye fue el protagonista de su propia serie de cortometrajes animados, titulada Popeye el marino. Dichos cortos fueron realizados por varios estudios de animación y figuran en el Libro Guiness de los Récords como el personaje animado con más cortos realizados para cine: 233.


La trama de los cortometrajes era muy diferente a la vista en las tiras cómicas, y se repetía a lo largo de cada cortometraje: un villano (casi siempre Bluto) secuestraba a Olive. Popeye siempre llevaba las de perder, y solo en el peor momento, cuando ya todo estaba perdido, contaba con espinacas a la mano (enlatadas, creciendo en una huerta en un sobre, etc.), y al comerlas desarrollaba fuerza sobrehumana y vencía al villano.


Muchos de los personajes de Thimble Theater no aparecieron en los cortos, y solo fueron incluidos en los años ’60, cuando se hizo la serie de televisión. Al mismo tiempo fueron incorporados personajes que no existieron el las tiras cómicas, como los sobrinos de Popeye: Papeye, Pepeye, Pipeye y Pupeye.


Fleischer Studios




La primera aparición de Popeye fue en el cortometraje animado Popeye the Sailor (1933), un cortometraje que algunos críticos consideran como parte de la serie de Betty Boop y no de la serie del marino (Betty aparece durante unos segundos haciendo el mismo baile de su corto Betty Boop's Bamboo Isle). El compositor Sammy Lerner escribió para este corto la canción "Popeye el marino soy". El siguiente corto de Popeye, I Yam What I Yam, fue el primer corto animado “oficial” de la serie Popeye el marino.


El primer actor que le dio voz al personaje fue William “Billy” Costello, apodado “Red Pepper Sam”; sin embargo, su carácter era tan insoportable que terminó siendo reemplazado por el animador Jack Mercer, a partir del cortometraje King of the Mardi Gras (1935). Olive Oyl fue interpretada por varias actrices, la más importante fue Mae Questel, nada menos que la voz de Betty Boop. Bluto fue interpretado por William Pennell, y desde 1935, por Gus Wickie.


Popeye adquirió mayor popularidad de la que ya tenía con su tira cómica, por lo que Paramount Pictures (distribuidora de los cortos de Popeye y Betty Boop) creó el “Club de Popeye”, que se emitía en la matiné de los sábados.


De los 108 cortometrajes de Popeye, 105 fueron hechos en blanco y negro. Esto permitió abaratar los costos de producción, pero a cambio los estudios Fleischer usaron técnicas de filmación tridimensional para darle más realismo a la animación: esta técnica consistía en mezclar los dibujos con escenarios reales en miniatura filmados con métodos parecidos al de stopmotion. Antes lo habían hecho con los cortos de Betty Boop y fue un éxito rotundo.





Así y todo, los otros tres cortos fueron producidos con la técnica del Technicolor, que por entonces era costosísima: Popeye the Sailor Meets Sindbad the Sailor (1936), Popeye the Sailor Meets Ali Baba's Forty Thieves (1937) y Aladdin and His Wonderful Lamp (1939).







En diciembre de 1941 Estados Unidos intervino en la Segunda Guerra Mundial, y Popeye fue uno de tantos personajes que hicieron propaganda para apoyar a las tropas aliadas; por tal motivo se realizó el corto The Mighty Navy, en el que se enlistó en la Armada de los Estados Unidos. En este corto reemplazó su traje de marinero por el uniforme de la armada, que utilizó de ahí en más.


Famous Studios



En abril de 1942 Max y Dave Fleischer fueron obligados a dejar su estudio de animación. Paramount Pictures lo compró y rebautizó como Famous Studios. Con Seymour Kneitel y Isadore Sparber como directores principales, Popeye continuó siendo producido, y los cortos de esa época lo ambientaron en la Segunda Guerra Mundial, peleando contra soldados nazis y japoneses (lo mismo hicieron con los cortos de Superman que se realizaron por aquel entonces). Además, desde 1943 todos los cortos de la serie empezaron a ser producidos completamente en Technicolor. Paramount trasladó el estudio de vuelta a Nueva York (los Fleischer se habían mudado a Florida para pagar menos impuestos).



Otros cambios ocurrieron con los actores que hacían los personajes: Mae Questel, que por un tiempo había dejado de interpretar a Olive, volvió a retomar su papel. Jack Mercer fue reclutado por la Armada, y cuando no podía grabar la voz de Popeye, Questel se encargó de hacerla. Jackson Beck fue el elegido para interpretar a Bluto (Gus Wickie murió en 1938).


De a poco, los cortometrajes volvieron a la antigua fórmula de Popeye, pero se hicieron diseños más suaves para los personajes, incluyendo un cambio en la vestimenta y peinado de Olive.



Así, Famous/Paramount produjo 125 cortometrajes hasta 1957, siendo el último Spooky Swabs. Los cortos fueron vendidos a Associated Artists Productions (AAP). AAP fue posteriormente comprado por United Artists y se unió a Metro-Goldwyn-Mayer, que había sido adquirido por Turner Entertainment en 1986. Turner vendió la producción de MGM/UA en 1988, pero conservó el material audiovisual, incluyendo los derechos de Popeye.


Los cortos hechos por los Estudios Fleischer fueron mandados a Corea del Sur en 1985, donde fueron coloreados. Esto permitió que sean más atractivos para su emisión por televisión, pero los efectos tridimensionales desaparecieron.


Los dibujos de los '60

En 1960, King Features Syndicate planeó la creación de nuevos dibujos animados de Popeye para ser emitidos en televisión. Mercer, Questel y Beck volvieron a interpretar a los personajes, y los dibujos fueron producidos por un gran número de compañías, incluyendo Jack Kinney Studios, Rembrandt Studios y Paramount Cartoon Studios (antiguamente Famous Studios). El presupuesto para televisión era muy ajustado, lo cual jugó en contra durante la producción de los cortos (la animación es muy simple y estática), pero permitió la creación de ¡220 episodios en solo dos años!

Los guiones fueron basados en las tiras cómicas, incluyendo las que fueron realizadas por Segar. Esto permitió la aparición de los personajes que no fueron incluidos en los cortos para cine, como el rey Blozo y la Bruja del Mar.


Los dibujos más recientes

En 1978, Hanna-Barbera Productions realizó The All-New Popeye Hour, serie animada con episodios de una hora de duración. Debido a las limitaciones impuestas por la reglamentación sobre violencia en dibujos animados, no tuvo el éxito esperado. En 1981 se redujo su formato a media hora, con el nombre The Popeye and Olive Show, pero no funcionó y fue cancelada en 1983, un año después de la muerte de Jack Mercer.


En 1987 Hanna-Barbera volvió a intentar suerte con la serie Popeye and Son, en la cual Popeye y Olive se habían casado y tenían un hijo llamado Popeye Jr., quien odiaba pero respetaba las espinacas. Para reemplazar a Mercer, Popeye fue interpretado por Maurice LaMarche. Este programa fue cancelado luego de terminar su primera (y única) temporada.


Desde entonces, Popeye no estrenó nuevos cortos ni episodios en televisión, pero mantuvo su popularidad gracias a los canales de programación infantil, que repusieron los viejos cortos y mantuvieron vivo a los personajes para las nuevas generaciones de televidentes. Actualmente se pueden ver los cortos en los canales Cartoon Network y Boomerang (para el público hispanohablante), y en nuestro país en la sección Retrotoons del canal Retro.



Popeye siempre vuelve

En 2004 se estrenó el especial Popeye's Voyage: The Quest for Pappy, en conmemoración del 75º aniversario de Popeye. LionsGate Entertainment realizó el especial de televisión, que fue hecho íntegramente por animación computarizada, y contó con la voz de Billy West (Fry en la serie Futurama) en el papel de Popeye.



La película

El director Robert Altman realizó el único film con actores sobre el marino. Popeye se filmó como película musical y fue protagonizada por Robin Williams como Popeye (que además fue su primer papel en cine), Paul Smith como Bluto y Shelley Duvall como Olive. Las canciones fueron escritas por Harry Nilsson y el guión fue realizado por Jules Feiffer, quien declaró ser fanático de las tiras cómicas de Segar; por esta razón la mayoría de los personajes originales aparecieron en la película, que fue una co-producción de Paramount Pictures y Walt Disney Productions. El hecho de estar basada en las tiras cómicas y no en los dibujos animados hizo que la mayoría del público no la entendiera o no le gustara, y como resultado, la película fue un rotundo fracaso.









Continuará...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Popeye el Marino también cumple 80 (1ª parte)


17 de enero de 2009

Entrada nº 5

Popeye el Marino también cumple 80 (1ª parte)

Un día como hoy de hace 80 años, un marino asomaba en los cuadritos de una tira cómica común y corriente. A partir de entonces, dicha tira dejo de ser común y corriente, y ese marino llego a ser un ícono del comic estadounidense. Así que prepárense, que vamos a recorrer la historia de Popeye y su creador.


Érase una vez un dibujante

Elzie Crisler Segar nació en Chester, Illinois, el 8 de diciembre de 1894. En su juventud trabajó en la Chester Opera House, donde veía las películas y obras teatrales que allí se exhibían. Al mismo tiempo empezó a demostrar interés en contar con dibujos las escenas que mas le gustaban, utilizando para ello una tiza y la vereda del teatro. Poco después perfeccionó su estilo aprendiendo con un curso de caricatura por correo.

Su primer trabajo profesional fue en el periódico Chicago Herald: el 12 de marzo de 1916 apareció su primer tira cómica, Charlie Chaplin’s Comic Capers, en la cual volcó toda su pasión por el teatro y el cine contando aventuras del vagabundo, que por aquel entonces estaba en su pico de popularidad.

Al año siguiente la reemplazó por una nueva tira, Barry the Boob, en la cual contaba las andanzas de un soldado en el campo de batalla, en tono de comedia (la Primera Guerra Mundial estaba en su apogeo). En esos días el periódico fue anexado al grupo de medios del millonario William Hearst y Segar paso a trabajar al Chicago American, donde siguió con su tira.


Una tira sin protagonista



El 19 de diciembre de 1919, Segar comenzó una nueva tira, esta vez en el New York Jornal: Thimble Theatre (Teatro del Dedal).

En esta ocasión volvió al tema de su juventud, contando parodias de películas y obras teatrales con un elenco estable, perfeccionando su estilo humorístico. En el papel principal estaba Olive Oyl (Aceite de Oliva), una casta doncella que desde el primer día se metió en problemas. El eterno novio que siempre tenia que rescatarla se llamaba Williy Wormwood; al poco tiempo se les unió el hermano de Olive, Castor Oyl (Aceite de Castor), que tomo las riendas de la tira de inmediato. Al mismo tiempo, Segar dejo de lado las parodias y empezó a desarrollar historias propias sin perder el aire de obra teatral en la tira.


Con estos elementos el Thimble Theatre permaneció en el diario diez años sin otros cambios de importancia, pero sin llamar demasiado la atención de los lectores, hasta el 17 de enero de 1929, cuando por exigencias del guión apareció un nuevo personaje: Popeye el Marino. Este personaje fue inspirado en una persona real del pueblo natal de Segar, llamado Frank “Rocky” Fiegel: testarudo, malhumorado, pero valiente y decidido. Su primer aparición fue decisiva para enganchar al publico, mostrándoles un personaje que desentonaba en la tira, justamente por su duro carácter:




Nunca se aclaró en qué sector naval de las fuerzas armadas sirvió Popeye; nunca se tocó el tema en las tiras cómicas, pero los cortos animados lo relacionaron con los Guardacostas de los Estados Unidos, la Armada de los Estados Unidos o la United States Merchant Marine.

En su primera aparición, Popeye fue contratado por Castor para pilotar el barco que los ayudaría a cazar una gallina mágica. Durante el viaje de regreso, Popeye recibió un disparo, pero la gallina le otorgó fuerza sobrehumana como recompensa a sus cuidados.


Camino al estrellato

Con Popeye en la tira, el publico empezó a interesarse más en el Thimble Theatre. Popeye pasó a ser el personaje favorito de los lectores: inculto, simple, con un amplio lenguaje propio, exagerando términos y modismos marinos, inventando insultos y pronunciando mal alguna que otra palabra para darle más aire ridículo a sus expresiones. Su extraña apariencia también ayudó a su fama: con antebrazos musculosos (en vez de los bíceps), una eterna pipa de caña de maíz que lo ayuda a mantener su aspecto gruñón, y el detalle físico que le da su nombre: su ojo tuerto (justamente se llama Pop-eye, “ojo salido”).

En 1931, el marino pasó a liderar la tira, que desde entonces fue rebautizada como Thimble Theatre protagonizado por Popeye. También aparecieron nuevos personajes con el mismo ingenio humorístico impuesto por Popeye. En marzo de ese año debutó en la tira J. Wellington Wimpy (Roque Pilón y Perendengue según la traducción echa por los mexicanos para el mercado hispanohablante), una especie de anti-Popeye, de carácter cobarde, avaro, de opiniones breves pero demoledoras y gran devorador de hamburguesas, que siempre trata de comer fiado (su frase mas célebre, y que en alguna ocasión habremos dicho en serio: “Con gusto te pagaré el martes por una hamburguesa de hoy”).

En 1933 aparecieron Swee’Pea (Cocoliso), hijo adoptivo que Popeye recibió por correspondencia, y Poopdeck Pappy, el padre de Popeye. Luego se sumaron George W. Geezil, un zapatero que se llevaba mal con Wimpy, la Bruja del mar, autoproclamada como la última bruja sobre la tierra y Alice the Goon, su secuaz.

Una mención aparte merece el personaje mas extraño creado por Segar: Eugene the Jeep, un extraño animalito (aparentemente un perro) traído del África, con poderes tan ilimitados como inimaginables, capaz de atravesar paredes como caminar por ellas o por el techo, o incluso capaz de ir realizar viajes interdimensionales. Una leyenda sugiere que en referencia a este personaje el vehículo de combate desarrollado por el ejercito estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial fue bautizado justamente “Jeep”, debido a su cualidad de superar cualquier obstáculo geográfico sin la menor dificultad.



Amanecer y ocaso

Mientras tanto, Max y Dave Fleischer, directores de los Estudios de Animación Fleischer y creadores de Betty Boop interesaron a Segar para llevar a Popeye y sus amigos al campo de los dibujitos animados. En 1933 estrenaron el primer corto: “Popeye the Sailor” (conocido en nuestras tierras como Boop y Popeye el marino), y fue un éxito de taquilla. En ese corto ambos personajes comparten una sola escena, en la cual Betty Boop baila como hawaiana y Popeye la imita.

En ese primer corto también apareció el principal villano de Popeye: Bluto (Brutus), también un marino, pero a diferencia de Popeye, este es claramente agresivo, tramposo, malvado, desleal y lascivo. También nació el argumento de los futuros cortos de la serie: Bluto trata de quedarse con Olive, la cual es rescatada por Popeye, luego de sostener con Bluto una feroz pelea.

También apareció la principal arma de Popeye: la espinaca, la cual es consumida en cantidades excesivas en los dibujos animados, mientras que en la tira Segar la utilizó muy pocas (o ninguna) veces. Sobre este recurso me explayaré más tarde.

Con Popeye en el cine, pronto surgió un impresionante merchandising que abarcó incluso a los otros personajes de la tira, que empezó a ser republicada en comic-books, gracias al trabajo del King Features Syndicate, distribuidora del Thimble Theatre; incluso sus páginas dominicales estaban entre las más leídas por el público. Segar aprovechó para tratar temas vedados para la opinión pública, recorriendo tierras lejanas y reinos ficticios donde abundan personajes sombríos y políticamente incorrectos: recaudadores de impuestos, reyes y políticos de pocas luces, borrachos (Estados Unidos recién salía de los días de la Ley Seca), los problemas económicos (la Gran Depresión estaba en su peor momento), etc.






Algo que muchos no saben hoy en día, es que la tira cómica eran diferentes a los cortos animados: las historias eran complejas y con varias tramas, y casi todos los personajes no aparecieron en los dibujos animados (el rey Blozo y Castor, por ejemplo); además, Bluto solo tuvo una aparición. Segar firmaba las primeras tiras cómicas con un cigarrillo, debido a que su apellido era un homófono de "cigar" (cigarrillo en inglés).

Todo apuntaba a que Popeye viviría una época de oro, pero en ese momento se dió a conocer la peor noticia: un examen médico detectó que Segar padecía leucemia. A pesar del agravamiento de su enfermedad, el siguió a cargo de la tira, ayudado por un joven asistente, que por aquel entonces salía con su hija: Forrest C. Sagendorf.

Segar falleció el 25 de abril de 1938, a los 44 años de edad.


Continuará...

lunes, 6 de septiembre de 2010

80º aniversario de Tintín (3ª parte)


Lunes 12 de enero de 2009

Entrada nº 4

80º aniversario de Tintín (3ª parte)



Final de la reseña de Tintín.








Tintín Superstar

La repercusión del personaje generó la proliferación de toda clase de productos.

Radio

En 1930 debutó Les Aventures de Tintín, Reporter du Petit Vingtième, serial radiofónico auspiciado por el Vingtiéme Siecle.

Cine

En 1947, el cineasta belga Claude Missone realizó el film El cangrejo de oro, basado en el álbum del mismo nombre, utilizando muñecos filmados con la técnica de “stopmotion” (tal como haría más adelante Aardman Animation Studios para realizar los cortos de Wallace & Gromit).

En 1961 se estrenó Tintín et le mystére de la toisón d’or, filmada por los Estudios Pathé y protagonizada por Jean-Pierre Talbot, un joven que se parecía notablemente a Tintín. En 1964 se estrenó Tintín et les oranges bleues, que derivó en 1965 en una obra de teatro. En ambas ocasiones, Talbot reencarnó al personaje.

Desde 1988, los derechos de filmación de Tintín con actores quedaron en manos de Steven Spilberg, pero diversas trabas legales le impidieron llevar a cabo este proyecto. Aún así, es muy probable que pueda cumplirlo a la brevedad, ya que en 2008 se asoció con Peter Jackson para filmar una trilogía (una parte dirigida por Spilberg, otra por Jackson y la restante por ambos), que agruparía los argumentos de varios álbunes (aún no definió cuales), y que contará con Thomas Sangster en el papel de Tintín, además de actores conocidos para poder distribuirla mejor en el mercado extranjero. Aún quedan muchos detalles por solucionar, pero se espera estrenar la primera película en 2010 o 2011.

Animación

Los Estudios Belvision fueron los primeros en realizar dibujos animados de Tintín. En 1959 estrenó una serie que adaptó siete álbunes, y que tuvo mucho éxito. En 1969 realizaron un largometraje para televisión: El Templo del Sol. Esta película adaptó dos álbunes del personaje: El Templo del Sol (en el que se basa el film) y, en los primeros veinte minutos, Las siete bolas de cristal. Ya que ambos álbunes no tienen relación entre sí, el argumento se vuelve torpe y difícil de entender, pero de todas maneras fue un éxito. En 1974 se estrenó Tintín y los tiburones, que tuvo la novedad de tener un guión propio, sin basarse en ninguna aventura del personaje. Poco después se realizó un álbum para desarrollar esta historia, utilizando imágenes de la película para crear las viñetas, pero hasta hoy sigue siendo visto como un título apócrifo de la colección.

En los años ’90 se realizó una nueva serie animada, co-producida por las companías Nelvana (canadiense) y Ellipse (francesa). Las aventuras de Tintín está compuesta por 39 episodios de 22 minutos cada uno, que adaptaron 13 guiones de los álbunes de Hergé, por lo que todos los episodios llevan el “continuará” para agilizar la trama de la serie.





Quién es quién en el comic

A continuación, una breve sinopsis de los personajes que aparecieron en las aventuras de Tintín. Todos se han ido incluyendo en los primeros álbunes de la serie; pero después de Aterrizaje en la Luna, Hergé prefirió no incluir ningún personaje nuevo; en consecuencia, en los títulos restantes se plantean situaciones nuevas en lugares ya conocidos.

Tintín es un joven reportero belga que se mete a menudo en problemas por defender causas justas. Su apariencia física y su vestuario apenas cambiaron a lo largo de los años: De baja estatura, es rubio y luce un tupé característico, su principal seña de identidad, junto con los pantalones bombachos que llevó en todos sus álbumes, a excepción del último, Tintín y los “Pícaros”, donde llevó pantalones vaqueros. Siempre fue presentado como periodista de Le Petit Vingtième, pero sólo en Tintín en el país de los soviets se lo vió escribiendo un reportaje. Nunca se explicó nada acerca de su edad, ni sobre sus circunstancias familiares ni afectivas.





Milú (Milou) es un perro Fox-Terrier de pelo duro y blanco, compañero de Tintín a lo largo de la serie. Su nombre original se debe a la primera novia que tuvo Hergé, a los 18 años: Marie-Louise Van Cutsem (llamada cariñosamente Milou). Es la contracara de Tintín, ya que a dferencia de su dueño, es más trnquilo y práctico, prefiriendo juar a la segura en vez que tomar riesgos. Aún así es valiente y decidido, pero tiene sus debilidades, como su adicción al alcohol.

 
Dupont et Dupond (Hernández y Fernández)

Son dos agentes de la policía secreta idénticos en aspecto, vestimenta y estupidez. Su única diferencia es la forma del bigote. Aparecieron por primera vez en Los cigarros del faraón, el cuarto álbum de la serie; pero en la reedición a color de Tintín en el Congo, el segundo álbum de la serie, Hergé los hizo aparecer en la primera viñeta. Son tan populares en la serie que fueron personajes invitados en el álbum Astérix en Bélgica (1979), en el que anunciaban la llegada de Julio César a dicho país.


Roberto Rastapopulos es un millonario mafioso y el principal enemigo de Tintín. Sin escrúpulos, es capaz de organizar los más complicados complots para conseguir sus fines. Suele rodearse de gente del mismo estilo, y varias veces está asociado en el crimen con Allan Thompson, otro villano de la serie. su primera confrontación con Tintín fue en Tintín en América.


Allan Thompson es un mercenario, interesado exclusivamente por el dinero. Debutó en Los cigarros del faraón.


Oliveira da Figueira es un vendedor oriundo de Lisboa que aparece por primera vez en Los cigarros del faraón, pregonando su mercancía en medio del desierto del ficticio país de Khemed. Es muy hábil para la venta y siempre dispuesto a ayudar al protagonista y a invitarle a un vino de Oporto.


Mitsuhirato es un sádico japonés que actúa como agente doble en el libro El Loto Azul. Posee una tienda de moda femenina en Shanghai, pero también está involucrado en el tráfico de drogas bajo el mando de Rastapopoulos, mientras trabaja para el gobierno japonés. Mitsuhirato intentó asesinar a Tintín tratando de inducirle la locura inyectándole el veneno "raijajah", pero tras fracasar se suicidó haciéndose el hara-kiri.


El General Alcázar es el dirigente de la República de San Theodoros. Llegó al poder tras la revolución en la que derrocó al general Tapioca, su eterno enemigo. En esa situación le conoció Tintín, en La oreja rota, que fue nombrado ayudante de campo del general. Es algo tosco, impulsivo e irascible, y no tiene miedo de nada, excepto de su terrible esposa Peggy.


El doctor J.W. Müller apareció en La isla negra, donde hace de médico mientras se dedica a liderar una banda internacional de falsificadores de moneda.


Bianca Castafiore es el único personaje femenino de la serie, y por lo general no sale bien librada en los guiones de Hergé, lo que le valió en su momento acusaciones de machismo y misoginia. Es una cantante de ópera italiana conocida internacionalmente como el Ruiseñor de Milán; Su especialidad es el Aria de las joyas de la ópera Fausto de Charles Gounod. Siempre viaja acompañada de su secretaria Irma y su pianista Igor Wagner. Su nombre, (blanca casta flor en italiano) es una ironía que casa mal con su corpulencia y su carácter fuerte y desinhibido. También lo es el apelativo de Ruiseñor de Milán, ya que quienes están a su alrededor (especialmente el capitán Haddock) no aprecian su canto. Al ser la única mujer en la serie, se lo ha señalado como parte se la formación católica de Hergé, además de los rumores que especularon con la homosexualidad del autor y de su personaje principal...


El Capitán Archibald Haddock es el mejor amigo de Tintín. Introducido en El cangrejo de las pinzas de oro como un personaje secundario, el marino se transformó en co-protagonista de la serie. Tras su aparición inicial, Haddock fue ganando protagonismo a lo largo de los álbumes, llegando a eclipsar a Tintín. El nombre de pila del personaje fue dado a conocer recién en 1975, en Tintín y los 'Pícaros'; el apellido del marino surgió en una conversación que Hergé mantuvo con su primera esposa, en la cual ella mencionó que el haddock "era un triste pez inglés". El capitán es descendiente del caballero François de Hadoque, marino al servicio del rey de Francia y enemigo del pirata Rackham el Rojo. Su lenguaje lo ha hecho famoso a este personaje, sobre todo cuando se enoja: "troglodita", "ectoplasma", "parásito", "pirata de carnaval", etc.


Rackham el Rojo era un pirata que poseía una gran fortuna, la cual le fue arrebatada por Francisco de Hadoque, según el álbum El secreto del Unicornio. El personaje de Rackham el Rojo está inspirado en el pirata real Jack Rackham.


El caballero François de Hadoque era un corsario al mando del barco El Unicornio (La Licorne), que hizo explotar para evitar que cayera en manos de Rackham el Rojo. Vivió en una isla antes de volver a Francia, donde el rey Luis XIV le regaló el castillo de Moulinsart, que siglos más tarde acabaría en manos de su descendiente Haddock.


El profesor Tryphon (Silvestre) Tornasol es un hombre mayor y disminuido físicamente. Su extraña sordera y su ensimismación por el trabajo lo llevan siempre a resolver problemas muy complicados, a llevar a cabo grandes descubrimientos científicos o a sacar de quicio al capitán Haddock.


Mohammed Ben Kalish Ezab es el emir gobernante del Khemed, un país ficticio ubicado supuestamente en la península de Arabia.


Abdallah, niño hiperactivo e insoportable, es el hijo del emir Mohammed Ben Kalish Ezab. Es famoso por sus bromas pesadas.




Listado de álbunes de Tintín

Tintín en el país de los Soviets (1929-1930; nunca fue redibujado)

Tintín en el Congo (1930-1931; redibujado en 1946)

Tintín en América (1931; redibujado en 1945)

Los cigarros del faraón (1934; redibujado en 1955)

El Loto Azul (1936; redibujado en 1946)

La oreja rota (1938; redibujado en 1943)

La isla negra (1938; redibujado en 1943)

El cetro de Ottokar (1939; redibujado en 1947)

El cangrejo de las pinzas de oro (1941; redibujado en 1943)

La estrella misteriosa (1942)

El secreto del Unicornio (1943)

El tesoro de Rackham el Rojo (1944)

Las siete bolas de cristal (1948)

El templo del sol (1949)

Tintín en el país del oro negro (1950)

Objetivo: la Luna (1953)

Aterrizaje en la Luna (1954)

El asunto Tornasol (1956)

Stock de coque (1958)

Tintín en el Tíbet (1960)

Las joyas de la Castafiore (1963)

Vuelo 714 para Sydney (1968)


Tintín y los 'Pícaros' (1976)

Tintín y el Arte-Alfa (1986 en su versión inconclusa; 2004 en la edición completa)